Situación de la Argentina
Cuando Ítalo Luder pidió la expulsión de Kirchner del PJ
RÍO GALLEGOS (OPI Santa Cruz).
Fue en 1983, durante la llegada a Río Gallegos del candidato a la presidencia de la Nación. El Ateneo Juan D. Perón cuyo titular era Néstor Kirchner ‘organizó’ una recepción que fue un dislate. Luder terminó pidiendo que a Kirchner lo desafiliaran y echaran del PJ santacruceño. De acuerdo a un importante testimonio relevado en estos días en Santa Cruz sobre los años ‘70/’80 y la actividad política del actual presidente argentino Néstor Kirchner, tal como le refiriera a OPI un viejo militante montonero de entonces, “el joven estudiante (Néstor Kirchner) era considerado simplemente un correo y resistido por algunos que lo consideraban simplemente “un revoltoso”, nos expresó sucintamente.
Organización cero
En oportunidad de la campaña presidencial de Italo Luder, quien llegó acompañado de Deolindo Bittel (año 1983), el Ateneo Gral. Perón que lideraba Néstor Kirchner en Río Gallegos fue el encargado de preparar la llegada del candidato a la ciudad, recepción, organización de los discursos, actos protocolares y demás cuestiones que estaban directamente vinculadas al arribo del prominente hombre del peronismo argentino en el afloramiento de la democracia en el país.
Luder en octubre de 1975, provisionalmente a cargo de la Presidencia en ausencia de Isabel Martínez de Perón, quien había viajado a Córdoba por razones de salud, firmó los decretos Nº 2.770/71/72. Este último establecía en su artículo 1º: “Las Fuerzas Armadas bajo el Comando Superior del presidente de la Nación, que será ejercido a través del Consejo de Defensa, procederá a ejecutar operaciones militares y de seguridad que sean necesarias a los efectos de aniquilar el accionar de los elementos subversivos en todo el país”.
Después de eso vino el aquelarre de sangre que comenzó con la actividad de la Triple A y fue continuada por las FF.AA. Ese mismo Luder llegó a Río Gallegos en 1983 bajo el paraguas del Ateneo peronista, que tuvo la responsabilidad de organizar los detalles del evento y a cuya cabeza estaba el joven ‘militante’ Kirchner, acompañado por su amigo Felipe Ludueña. Sin embargo los desórdenes, de todo tipo, que rodearon la llegada del candidato a Santa Cruz hizo que, inmediatamente, Ítalo Luder ordenara interponer un pedido de expulsión del Partido Justicialista tanto de Kirchner como de Ludueña, catalogándolos de “inoperantes y revoltosos”.
Salvado por la providencia Solamente la rápida, e inteligente, intervención de Argentino del Valle López, por ese entonces titular del Tribunal de Disciplina del PJ santacruceño, salvó a Néstor Kirchner de la sanción solicitada, expediente que estaba presentado cuando el Tribunal en Santa Cruz era liderado por el Dr. Alberto Porto, quien previamente se había desempeñado como presidente de Superior Tribunal de Justicia de la provincia y más tarde fuera ministro de Gobierno de Arturo Puricelli como Gobernador. La nota que había presentado Luder ante el Tribunal de Disciplina era lapidaria y, si bien a Kirchner lo castigaba por el desastre organizativo como responsable del Ateneo, la solicitud de expulsión de Ludueña se fundamentó en que, por su culpa, el PJ perdió el Colegio Electoral de aquellos años. Ocurre que Ludueña no concurrió a votar como elector presidencial, dejando al partido fuera del juego en un lugar clave para las proyecciones del PJ en Santa Cruz.
Finalmente el Tribunal de Disciplina no juzgó pertinente la expulsión de Kirchner y se limitó a formalizar un expreso llamado de atención y el incidente no pasó de allí. Yo lo garantizo, ¿y qué? Sin embargo, Ludueña siguió al lado de Kirchner en los años sucesivos al ‘83, cuando el abogado ya enfocaba su norte magnético hacia el poder central de Santa Cruz, previo paso por la intendencia de la capital provincial. Y fue Ludueña, precisamente, quien le presentó a Kirchner al titular del sindicato de trabajadores petroleros, Diego Ibáñez, a través de otro conocido personaje que con el tiempo iba a transformarse en su cuñado, ‘Bombón’ Armando Mercado.
Ibáñez, íntimo amigo de Carlos Menem y de la más estrecha confianza de Lorenzo Miguel e integrante de la ‘burocracia sindical’ de los ’70 resultó clave para el ascenso político de Kirchner. De aquel contacto surgió la primera garantía que tuvo Néstor Kirchner para obtener el equivalente a US$ 2 millones, con el fin de financiar su incipiente campaña, suma que Ibáñez le solventó garantizándole el préstamo que concedió el ex Banco Provincia de Santa Cruz, que era 100% estatal.
Antes de aquel inicio político -y que no se frenaría hasta lograr su máxima meta, la Presidencia-, surge una anécdota muy elocuente de la entrega de Kirchner a la causa. Nos decía este viejo militante que nuestro coterráneo Néstor Kirchner, entre el ‘73 y el ’83, “era correo de los innombrables y no me olvido cuando Néstor y otros más, por orden superior, repartían juguetes frente a LU14 y les hacían decir “Si Evita viviera Isabel sería copera”.
Gentileza Nuevoencuentro.com
www.diario7.com.ar 14-Jan-2007
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