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Análisis doctrinario

BENEDICTO XVI Y LA VERDAD HISTÓRICA 

Resulta necesario ocuparse de comentarios periodísticos y de gobernantes de algunos países americanos, con referencia al reciente viaje del Papa a Brasil. En especial, las críticas han hecho hincapié en las afirmaciones de Benedicto sobre las culturas precolombinas, que han sido calificadas de “falsedad histórica resonante”, pues: “La cruz de la Evangelización y la espada de la Conquista actuaron unidas en una misma estrategia colonizadora que diezmó muchas poblaciones indígenas y avasalló sus culturas” (Julio Algañaraz, Clarín, 20-5-07).

También se comparó la actitud del Sumo Pontífice con la que habría tenido su antecesor, Juan Pablo II, que “pidió perdón por las terribles injusticias que sufrieron los indígenas” y “por el genocidio realizado en nombre de Cristo durante la colonización” (ídem). Transcribamos, primero, las frases textuales del Papa, en el Santuario de Aparecida, el 13-5-07: “La fe en Dios ha animado la vida y la cultura de estos pueblos durante más de cinco siglos. Del encuentro de esa fe con las etnias originarias ha nacido la rica cultura cristiana de este continente expresada en el arte, la música, la literatura y, sobre todo, en las tradiciones religiosas y en la idiosincracia de sus gentes, unidas por una misma historia y un mismo credo, y formando una gran sintonía en la diversidad de culturas y de lenguas. En efecto, el anuncio de Jesús y de su Evangelio no supuso, en ningún momento, una alienación de las culturas precolombinas, ni fue una imposición de un cultura extraña. Las auténticas culturas no están cerradas en sí mismas ni petrificadas en un determinado punto de la historia, sino que están abiertas, más aún, buscan el encuentro con otras culturas, esperan alcanzar la universalidad en el encuentro y el diálogo con otras formas de vida y con los elementos que puedan llevar a una nueva síntesis en la que se respete siempre la diversidad de las expresiones y de su realización cultural concreta”. 

¿En qué consiste la falsedad histórica que se le endilga al Papa? “La realidad es que hubo una mixturación y fusión cultural donde predominaron los elementos culturales europeos, por ser más evolucionados” (Tejerina Carreras). Los pueblos americanos estaban en la Edad de Bronce, no tenían escritura y no se podían comunicar entre sí. Cuando se habla, sin rigor histórico, de la destrucción de culturas, se omite mencionar, por ejemplo, al Inca Atahualpa, bebiendo chicha en el cráneo de su hermano Huáscar, asesinado por órdenes suyas. Nadie puede negar que hubo abusos, explotación y hechos de crueldad por parte de los conquistadores, pero afirmar que existió un genocidio carece de todo fundamento. La disminución de población indígena, obedeció especialmente a hambrunas por causas naturales o plagas, así como a epidemias que afectaron también a la población europea.

Se ha llegado a mencionar el exterminio de 50 millones de indios, siendo que la población total de América no llegaba a 14 millones. Fue precisamente Juan Pablo II, quien hablando ante los Obispos del CELAM, el 12-10-1984, afirmó: “Una cierta leyenda negra, que marcó durante un tiempo no pocos estudios historiográficos, concentró prevalentemente la atención sobre aspectos de violencia y explotación que se dieron en la sociedad civil durante la fase sucesiva al descubrimiento. Prejuicios políticos, ideológicos y aún religiosos, han querido presentar sólo negativamente la historia de la Iglesia en este continente”.

“Pero la labor evangelizadora, en su incidencia social, no se limitó a la denuncia del pecado de los hombres.Ella suscitó asimismo un vasto debate teológico-jurídico, que con Francisco de Vitoria y su escuela de Salamanca analizó a fondo los aspectos éticos de la conquista y civilización. Esto provocó la publicación de leyes de tutela de los indios e hizo nacer los grandes principios del derecho internacional de gentes”. “(...) los misioneros formaban pueblos, construían casas e iglesias, llevaban el agua, enseñaban a cultivar la tierra, introducían nuevos cultivos, distribuían animales y herramientas de trabajo, abrían hospitales, difundían las artes como la escultura, pintura, orfebrería, enseñaban nuevos oficios, etc.”. 

Como si no fuera suficiente, recordemos que, antes de viajar a nuestro continente, el Papa había visitado España, donde manifestó: “En el umbral de un viaje eminentemente misionero, y en nombre de toda la Iglesia, he querido venir personalmente para agradecer a la Iglesia en España la ingente labor de evangelización que ha llevado a cabo en todo el mundo, y muy especialmente en el continente americano y Filipinas” (10-10-1984). 

Si tenemos en cuenta que ya León XIII, al conmemorarse el IV Centenario de la Evangelización de América, la calificó como el “hecho de por sí más grande y maravilloso entre los hechos humanos” (Carta, 15-7-1892), debemos concluir que Benedicto XVI no ha hecho más que reiterar la enseñanza de sus predecesores. Los fieles que quieran ser coherentes con su fe, tienen la obligación de escuchar la voz de Pedro y no la de los periodistas. 

Fuentes:

Pietri, Uslar. “La creación del Nuevo Mundo”; México, FCE, 1992.

Tejerina Carreras, Ignacio. “Breves reflexiones acerca del descubrimiento de América y la conquista española”; Córdoba, Instituto Levillier, 1992.

[Boletín Acción 110]

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