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TOMISMO Y DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA 

Cómo interpretar los documentos sociales del Magisterio Pontificio 

“Interpretar los textos del Magisterio Social, tanto los del pasado como los recientes, implica para el católico mucha lealtad hacia el Papa y sus Pastores y mucha fidelidad a los contenidos esenciales. No podemos ni debemos seleccionar los contenidos de los textos de acuerdo a nuestros gustos y afectos. El amor a la Iglesia nos debe inducir a valorar y a apreciar los contenidos de los documentos del Magisterio”[1].

 “El contenido de los documentos suele incluir referencias a los Papas anteriores y a las obras de los Padres de la Iglesia y los Doctores. Tales referencias no son recursos de falsa erudición, sino orientaciones concretas que el Papa da para garantizar la recta comprensión de la doctrina que enuncia. Por eso los fieles tienen que recurrir a las enseñanzas de la tradición teológica y filosófica del Cristianismo a lo largo de los siglos. Al respecto cabe señalar el lugar eminente que tiene en la Iglesia la doctrina de Santo Tomás de Aquino, único Doctor Universal, pues en sus obras hallamos el más firme fundamento filosófico y teológico de toda buena formación religiosa.”[2] 

 “Santo Tomás fue fundamental para la constitución de la moral como Teología Moral”. (...) Santo Tomás, en la Suma Teológica introduce dos elementos innovadores.

Primero, trata la moral de manera comprehensiva y unitaria en la 2da. parte, dividiendo su exposición en una primera parte dedicada a los actos humanos y los principios de los actos, y una segunda parte dedicada a las virtudes, las teologales (fe, esperanza y caridad) y las cardinales (prudencia, justicia, fortaleza, templanza). Antes de él la moral -aunque teológica- se encontraba dispersa en varias partes del Manual de Pedro Lombardo. Ahora forma parte integrante de la Teología, y con su racionalidad propia.

El segundo elemento innovador es que utiliza las categorías de la sicología de Aristóteles, tomadas de la Ética a Nicómaco y de otras obras, junto a los datos del Nuevo y A. Testamento y los comentarios de los Padres.Además Santo Tomás fue muy importante para el desarrollo de la Moral Social. Antes de él era poco el espacio dedicado al tema.”[3]  

Tomismo y catolicismo 

“No sería honesto callar un hecho que para algunos resulta molesto, aunque para otros altamente significativo: la Iglesia Católica ha hecho del tomismo su propio medio de expresión doctrinal. (...) la fe, aunque de por sí trascienda a la inteligencia humana, debe formularse en términos inteligibles.” “Hay muchas escuelas filosóficas que cumplen esta condición. De hecho, hay varias que han sido utilizadas en la elaboración teológica. La autoridad eclesiástica nunca ha rechazado esta diversidad de enfoques; sin embargo, reiteradamente ha declarado, y de la manera más solemne, su preferencia por el tomismo. Más aún, lo ha hecho el vehículo habitual de su pensamiento teológico.Esta actitud eclesial basta para que el católico (y también el no católico que reconozca la secular prudencia de la Iglesia católico-romana) vea en el tomismo una escuela respetable y segura y que acuda a ella para aprender a filosofar, sin creer por ello se lesione su libertad intelectual.”[4] 

Documentos Pontificios sobre el tomismo 

·      Clemente VI, “Bulla in Ordine”

·      Nicolás V, “Breve ad FF. ad. Preaedit.”, 1451

·      Benedicto XIII, “Bulla Pretiosus”

·      San Pío V, “Bulla Mirabilis”

·      Clemente XII, “Bulla Verbo Dei”

·      Urbano V, Const. 5º, 3-8-1368: “Queremos, y por las presentes os mandamos, que adoptéis la doctrina del bienaventurado Tomás, como verídica y católica, y procuréis ampliarla con todas vuestras fuerzas”.

·      Inocencio XII, Litt. in form. Brer., 6-2-1694.

·      Benedicto XIV, Litt. in form. Brer., 21-8-1752.

·      Benedicto XIV, Const. Apostólica “Sollicita ac provida”, 10-7-1753

·      Inocencio VI, Serm. de S. Tom.: “La doctrina de éste tiene sobre las demás, exceptuada la canónica, propiedad en las palabras, orden en las materias, verdad en las sentencias, de tal suerte, que nunca a aquellos que la siguieren se les verá apartarse del camino de la verdad, y siempre será sospechoso de error el que la impugnare.” 

·      León XIII, Epístola Encíclica “Aterni Patris”, 4-8-1879): “Ahora bien: entre los Doctores escolásticos brilla grandemente Santo Tomás de Aquino, Príncipe y Maestro de todos, el cual, como advierte Cayetano, por haber venerado en gran manera los antiguos Doctores sagrados, obtuvo de algún modo la inteligencia de todos. Sus doctrinas, como miembros dispersos de un cuerpo, reunió y congregó en uno Tomás, dispuso con orden admirable, y de tal modo las aumentó con nuevos principios, que con razón y justicia es tenido por singular apoyo de la Iglesia católica; de dócil y penetrante ingenio, de memoria fácil y tenaz, de vida  integérrima, amador únicamente de la verdad, riquísimo en la ciencia divina y humana, comparado al sol, animó al mundo con el calor de sus virtudes, y le iluminó con esplendor."

“Además, distinguiendo muy bien la razón de la fe, como es justo, y asociándolas, sin embargo amigablemente, conservó los derechos de una y otra, proveyó a su dignidad de tal suerte, que la razón elevada a la mayor altura en alas de Tomás, ya casi no puede levantarse a regiones más sublimes, ni la fe puede esperar de la razón más y más poderosos auxilios que los que hasta aquí ha conseguido por Tomás.” 

·      Pío XII, Discurso 12-8-1950: “La recomendación de la doctrina de Santo Tomás no suprime, sino que excita más bien y dirige la emulación en la investigación y divulgación de la verdad.” 

·      Concilio Vaticano II, Decreto “Optatam totius”:  “...para ilustrar de la forma más completa posible los misterios de la salvación, aprendan los alumnos a profundizar en ellos y a descubrir su conexión, por medio de la especulación, bajo el magisterio de Santo Tomás...” (16). 

·      Concilio Vaticano II, Declaración “Gravissimum educationis”:  “...teniendo en cuenta con esmero las investigaciones más recientes del progreso contemporáneo, se perciba con profundidad mayor cómo la fe y la razón tienden a la misma verdad, siguiendo las huellas de los doctores de la Iglesia, sobre todo de Santo Tomás de Aquino”(10).  

·      Pablo VI, “Lumen Ecclesiae”: “Pero sin duda, Santo Tomás, por disposición de la divina Providencia, alcanzó el ápice de toda la teología y filosofía escolástica como suele llamársela, y fijó en la Iglesia el quicio central en torno al cual, entonces y después, se ha podido desarrollar el pensamiento cristiano con progreso seguro” (13). 

·      Juan Pablo II, Discurso en el IX Congreso Tomista Internacional, 29-9-1990: “Hay, pues, que desear y favorecer de todas las formas posibles el estudio constante y profundo de la doctrina filosófica, teológica, ética y política que Santo Tomás ha dejado en herencia a las escuelas católicas y que la Iglesia no ha dudado en hacer suya, especialmente en lo que se refiere a la naturaleza, capacidad, perfectibilidad, vocación y responsabilidad del hombre en la esfera personal y en la social, como se ve también en las directrices del Concilio Vaticano II” (5).

. Referencias a Santo Tomás en las Encíclicas Sociales 

En casi todas los documentos sociales del Magisterio Pontificio, se cita expresamente a Santo Tomás; desde la Rerum Novarum, donde se lo cita siete (7) veces -párrafos 10, 16, 24, 25, 35, 35, 35- hasta el reciente Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, donde se registran veinte y seis (26) citas, como se detalla en el Índice de las Referencias (página 399). 

Conclusión 

“Las encíclicas sociales son tomistas no solamente porque con frecuencia recurren al tomismo y se basan sobre el pensamiento tomista, sino también porque acogen y hacen suya la moderna doctrina social de la Iglesia, elaborada por los tomistas de la primera mitad del siglo XIX, especialmente por Liberatore, Lacordaire y Ketteler. En los siglos XIX y XX, frente a los errores metafísicos y teológicos y sus consecuencias en las doctrinas sociales, económicas y políticas, las encíclicas sociales defienden por una parte las tradicionales posiciones del pensamiento cristiano, es decir, del pensamiento tomista y, por otra, a base de esta philosophia perennis, formulan las nuevas exigencias éticas.”

“De esta manera, también en las encíclicas sociales la Iglesia hace suya la doctrina de Santo Tomás y si es así, la presencia del tomismo en la oficial doctrina social de la Iglesia exige un método definido respecto a las interpretaciones de las distintas expresiones y frases de los textos de las encíclicas sociales, a saber, el método del contexto, según el cual, en el caso de algunas dudas, todas las expresiones discutibles deberían ser interpretadas dentro del contexto no solamente inmediato, de la misma encíclica, sino también dentro del contexto general; pues bien, este contexto general es el tomismo”.[5] 

Córdoba, agosto 17 de 2005.-



[1]  CELAM-Consejo Episcopal Latinoamericano. “Manual de Doctrina Social de la Iglesia”; Santafé de Bogotá, 1997, pg. 41.

[2]  Sacheri, Carlos. “El orden natural”; Buenos Aires, Ediciones del Cruzamante, 1970, pgs. 18/19.

[3]  CELAM, op. cit., pgs. 185/186.

[4]  Ponferrada, Gustavo Eloy. “Introducción al tomismo”; Buenos Aires, Eudeba, 1970, pgs.  7/8.

[5]  Poradowski, Miguel. “El tomismo en las encíclicas sociales”; en: Filosofar Cristiano, Nº 13-14, 1983, Córdoba, Asociación Católica Interamericana de Filosofía, pgs. 280/281.

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